La revista 19Líneas entrevista al nuevo presidente de Asecor:
Es usted el nuevo presidente de la junta directiva de Asecor, la Agrupación Sanvicenteña de Empresarios del Corcho, creada en 1980, ¿Nos puede contar sobre su relación con el sector corchero?
En la región donde nací y vivo es casi imposible permanecer ajeno al mundo del corcho. Hace tres generaciones y más de un siglo, un antepasado de mi familia vino a Cáceres para abrir una fábrica de tapones que yo ya no conocí. Ha sido una casualidad, pero lo cierto es que en realidad casi toda mi vida profesional me he dedicado a este sector desde diferentes disciplinas.
Hace más de 20 años que me incorporé a trabajar en el centro tecnológico extremeño de referencia para el mundo del corcho. Allí tomé contacto desde una perspectiva más científica, técnica, normativa e incluso divulgativa, siempre desde la óptica de la administración.
Como consecuencia de los proyectos que llevamos a cabo y la actividad propia de mi trabajo, en ese tiempo tuve la suerte de conocer a muchos actores del sector, de diferentes ámbitos, y que me ayudaron a entender el tejido empresarial del momento. Algunos años después fui invitado a incorporarme a trabajar con uno de ellos, en una actividad muy diferente a lo que había vivido hasta entonces. A partir de ese momento he estado más cerca de las áreas de calidad, técnica o producción, con la intensidad que la industria demanda en el mundo privado.
Trabajé en la actividad de los pavimentos y revestimientos de corcho, en una empresa histórica de Mérida. Un proyecto que terminó apagándose por un cúmulo de circunstancias pero que me enseñó mucho en lo profesional, y más en su vertiente de las relaciones laborales.
Ahora llevo ya casi quince años en una empresa que produce tapón tecnológico, que tiene la innovación por bandera, un dinamismo casi frenético y con recursos para afrontar los mayores desafíos con garantías de éxito. Confieso que trabajo en un lugar envidiable.
En paralelo, durante los últimos años he representado a mi empresa en el seno de nuestra asociación. Me ha permitido compartir tareas en los órganos de dirección con gente muy comprometida, y conocer de primera mano visiones muy diferentes que pueden tenerse de un mismo sector.
Podría darnos un diagnóstico del sector en Extremadura y en España ¿Cree que los empresarios del corcho ya han superado la última crisis económica? ¿Han salido más fuertes?
En general, y hablando del tapón, yo diría que el sector está evolucionando en función de cómo son las necesidades de los mercados cada vez más exigentes. El volumen global de tapones vendidos no parece haber variado mucho en los últimos años, pero sí va variando el mix de tipologías.
Por otra parte, nuestro sector, como otros muchos sectores, tiende a una agregación en grupos que cada vez ocupan mayor volumen, con estructuras verticales desde la compra a la comercialización, de forma que se va alterando el mapa empresarial en los últimos tiempos.
Las empresas que exportan a varios lugares han notado crisis, pero su efecto se ha diluido en las crisis locales de los distintos países. De forma contraria, las empresas que concentraron sus esfuerzos comerciales en una esfera más reducida notaron de una forma más intensa la crisis si allí se produjo.
Un factor adicional es que está habiendo una fuerte competencia en el mundo del taponamiento frente a productos sustitutivos, pero también dentro del propio sector corchero. En mi opinión los frentes que se abren como consecuencia de una competencia ética, son una oportunidad de oro y un revulsivo para que el que quiera asumir el reto de afrontarlos pueda evolucionar más rápido. Por tanto, en mi opinión entender la competencia como un lastre es un error.
Las empresas de España, y concretamente de Extremadura, en tanto en cuanto se concentran una gran parte las empresas españolas, no escapan de tener un comportamiento que difiera mucho del definido en los puntos de este análisis. Aquellas que están siendo capaces de dar un producto a la altura de las expectativas de los clientes, que son más exportadoras, que han sido capaces de estructurarse o de buscar alianzas adecuadas con grupos empresariales, son empresas que han tenido más fácil desarrollarse en el entorno económico de los últimos años.
Y finalmente, sí. Las empresas que han sobrevivido se encuentran en mejor posición porque en su mayor parte han entendido y están entendiendo los retos de un nuevo tiempo.
Tras su estrenado nombramiento, ¿Cuáles serán sus prioridades respecto a las futuras líneas de trabajo de la Asociación?
Hay una gran parte de nuestra actividad que tiene un guion establecido y necesario, consolidado por el buen hacer de anteriores Directivas y sus respectivos Presidentes. Equipos de dirección actuales y pasados, a los que como mínimo tenemos que agradecerles la gran cantidad de trabajo altruista que suman a sus tareas cotidianas. Continuaremos pues con esas actividades que venimos haciendo en términos de representación de la patronal corchera, tanto en los órganos empresariales, como ante las administraciones, o como en todos los ámbitos del sector corchero.
Pero sí diría que hay un primer objetivo en el que coincidimos los miembros de nuestra dirección actual, y es hacer un esfuerzo en comunicación interna para contrarrestar cierta tendencia al desapego del asociacionismo que en algunas ocasiones parece que interpretamos desde nuestros asociados. En algunos casos porque los asociados no conocen las actividades que la asociación hace por ellos, pero probablemente también porque las actividades que hacemos sean distintas a las que ellos querrían. En cualquier caso merece una vuelta de tuerca para conseguir que el asociado esté más cerca de la asociación, y por qué no, lograr que quieran acercarse más a nosotros otras empresas de nuestro tejido u otras asociaciones conexas.
ASECOR tiene muchas ventajas, entre ellas que tiene gran representatividad dentro de nuestro sector, y por tanto puedes realizar acciones con peso sectorial, pero a la vez es de un tamaño que nos permite conocer de primera mano las necesidades e inquietudes de nuestras empresas, de forma que es relativamente fácil encontrar las líneas de actuación que forman parte de un interés común.
Pero también tiene un gran inconveniente, y es un presupuesto muy reducido que nos da poco margen para realizar las actuaciones que nos gustaría, y que desgraciadamente nos obliga a rechazar muchas invitaciones a actividades que estoy seguro que serían de gran interés, por tanto es difícil establecer líneas rompedoras de actuación.
Junto con el Cicytex y otros socios, Asecor forma parte de un grupo operativo que está desarrollando un proyecto para modernizar los trabajos de extracción de corcho con tecnología más avanzada. ¿En qué fase se encuentra el proyecto? ¿Sera una realidad el uso de nuevas tecnologías en el descorche?
Sería injusto que Asecor asumiera el menor ápice de protagonismo en un proyecto en el que, de momento, asistimos casi como espectadores con un enorme interés para que el proyecto llegue a buen fin.
Están trabajando expertos en materia forestal junto con otros expertos en tecnología para conseguir un equipamiento que sea compatible con las restricciones del trabajo en campo y que permita ventajas en términos de rendimiento y, sobre todo, de menor daño al árbol, en un futuro entorno en el que probablemente pudiera haber menos especialistas de saca tradicional para trabajar nuestros alcornocales.
Por suerte, para este proyecto contamos con un grupo de gente muy válida, con años de experiencia, y que no tienen mayor problema en ir eligiendo el camino correcto, aunque en algunos momentos tengan que desandar lo andado. Tanto para resolver esta mejora, como para afrontar la mayor parte de modernización de trabajos de cualquier índole, es necesario el uso de las nuevas tecnologías. Será realidad sí o sí, la única incógnita es saber cuándo lo utilizaremos de forma masiva.
Hablando de otros socios, ¿En esta nueva etapa de qué manera se va a colaborar con otras instituciones del sector como Aecork en Cataluña o Apcor en Portugal etc…?
Tenemos una muy buena relación con el resto de instituciones sectoriales, y estamos abiertos a cualquier línea de colaboración. Ya tenemos establecidos vehículos de comunicación con las asociaciones a las que se refiere, y somos de la opinión que siempre hay puntos de encuentro en común que suman, más que desacuerdos que restan. Es un campo abonado que nos gustaría explotar. Sirva como ejemplo que acabamos de ir de la mano con nuestros amigos de Aecork para negociar un buen convenio nacional del corcho adaptado a los tiempos actuales.
¿Se siente contento con su nuevo cargo al frente de Asecor?
¡Claro! Es para mí una razón mayor de motivación si cabe. Por una parte, estoy muy agradecido porque asisto a un reconocimiento por parte de la Directiva que ha tenido a bien elegirme considerando mi labor en la Vicepresidencia durante varios años. Pero también he encontrado múltiples pequeñas muestras de reconocimiento en personas más lejanas que me han mandado un mensaje de apoyo y coraje para este nuevo periodo de responsabilidad.
Probablemente mi perfil es un poco atípico para asumir la Presidencia, pero intento suplir esta circunstancia con altas dosis de espíritu conciliador y neutralidad aséptica cuando he de representar a los socios de ASECOR. Haré lo imposible por no defraudarlos.